Los niños ven la familia como un lugar donde tienen protección, amor y seguridad, donde esta el ambiente que le suplen todas esas necesidades fisiológicas, de afililiacion y socialización que necesita todo ser humano para vivir y desarrollarse. Todos los niños ven a sus padres como el modelo que quieren seguir y siempre tratan de hacer todo lo que hace el padre y la madre.
La mirada de los niños sobre los adultos y especialmente sobre sus padres influye en la forma en que se vinculan con ellos, pero también con la realidad.
A los ojos de sus hijos, la forma en que los padres se comportan puede resultar para ellos muchas veces incomprensibles. Escapar a sus miradas y a sus juicios no es posible.
A veces será una mirada asustada sobre las rabias; otras, será una mirada orgullosa de lo que está haciendo.
Los descubrimientos sobre lo que hacen los adultos que están a cargo de educarlos, dejan huellas en su biografía y se consolidará como una imagen interna sobre ellos.
En la infancia esta mirada puede ser algo ingenua y benevolente, pero a medida que van creciendo y especialmente cuando se hacen adolescentes, su percepción será más implacable.
A veces los adultos actúan como si los niños no existieran y hablan de temas complejos delante de niños o niñas, que no tienen la estructura cognitiva para entender.
A veces los adultos pierden la perspectiva de cómo los niños absorben como esponjas la información, y tienden a no darse cuenta de la presencia de los niños mientras hablan.
El teléfono es una instancia en que son particularmente indiscretos y descuidados cuando están hablando.
De a poco, los niños y las niñas, se van dando cuenta de quiénes son sus padres y pueden pasar de una mirada amorosa a juicios implacables.
No son espectadores pasivos, observan lo que hacen sus padres, cómo ocupan su tiempo, lo que hablan entre ellos y con otros.
Su juicio sobre lo que ven marcará su validación o rechazo de las creencias y actitudes, especialmente de aquellos que tienen que ver con la forma en que se sienten tratados.
Esta imagen interna de cómo se han sentido tratados continúa hasta la vida adulta .La familia es la encargada de inculcar y e enseñar al niño o niña los valores morales, y la educación básica para que el niño sea una persona con base moral y religioso en el mañana.